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SANTIAGO HERNÁNDEZ PÉREZ
La resiliencia de una familia ante la destrucción

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Temerosos por sus vidas mientras los vientos arrancaban tejas del techo, Santiago Hernández Pastor, su esposa Loida y sus hijos se acurrucaron juntos en el baño. Santiago recuerda que nunca habían experimentado algo como el tornado que azotó la zona en diciembre de 2021. Su hijo mayor sugirió que oraran juntos. Afortunadamente, ninguno de ellos resultó herido, pero se quedaron sin electricidad y el techo quedó tan dañado que la lluvia entró a raudales en la casa, destruyendo muchas de sus pertenencias.

Al igual que la casa de Santiago, muchas de las casas de sus vecinos también resultaron dañadas. Al igual que en su caso, el tornado arrancó tejas, el agua de lluvia arruinó pertenencias y los cortes de electricidad dejaron a las familias sin electricidad. Santiago explicó que no pudieron recibir asistencia de FEMA ni de la Cruz Roja Americana. Estas agencias estaban dando prioridad a las familias con mayores necesidades, lo que dejó a su familia sin asistencia.

Santiago y su familia se mudaron temporalmente a un Airbnb hasta que se restableciera la electricidad. Cuando regresaron a casa, había voluntarios que los ayudaron a cubrir el techo con lonas, pero los daños eran tan grandes que la casa quedó prácticamente inhabitable. La familia siguió enfrentándose a dificultades adicionales. Con gran parte de la ciudad en ruinas, encontrar suministros y contratistas para reparar su casa era casi imposible. Sin embargo, se enteraron de la existencia del Grupo de Recuperación a Largo Plazo de Mayfield Graves (MGC LTRG), y Santiago y Loida presentaron una solicitud de asistencia en línea.

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Después de evaluar las necesidades relacionadas con el desastre, se le asignó a la familia un administrador de casos de la Conferencia de Tennessee-Oeste de Kentucky de la Iglesia Metodista Unida (TWKUMC). A partir de allí, la familia se puso en contacto con un socio de construcción de MGC LTRG, el Appalachian Service Project (ASP), que hizo planes para construirles una nueva casa, después de que se considerara que los daños eran demasiado graves para repararlos. Su administrador de casos también los ayudó a conseguir alojamiento temporal en Camp Graves mientras se construía la nueva casa.

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Although grateful for the temporary housing with Camp Graves and the prospect of a new home through ASP, Santiago explained that living in a tiny house far from home has been one of the biggest challenges of their recovery journey. “We are trying to be patient while waiting for the house to be finished. We’re navigating the emotional toll, but knowing the house will be done soon gives us hope,” said Santiago. He adds that they still fear the possibility of future disasters but are trying to remain hopeful that things will improve rather than worsen.

When asked what helped his family endure the toughest moments, Santiago responded, “We held each other up and supported one another. We’re grateful to the people and organizations who have helped us recover.”

 

Santiago offers advice to others who may face similar challenges: “Stay informed when storms or other disasters are possible. Seek shelter. Take advantage of community resources. We never thought this could happen to us, but it did. It can happen to anyone. It’s crucial to stay aware and seek out the information necessary to stay safe.”

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